Esta vez mi busqueda me ha llevado a fijarme en José Canalejas, político regeneracionista español importante durante el siglo XIX.
De él se cuenta la siguiente anécdota: Canalejas salió de Madrid con dirección a Santander en un viaje de propaganda política. Por telegrama le comunicaron que en un pueblo de Castilla, donde el tren tenía que detenerse, le estaban esperando numerosos partidarios suyos para darle un homenaje. José, que se encontraba muy fatigado, se asustó ante la idea de permanecer despierto durante la noche, se le ocurrió preguntarle a un colaborador suyo lo siguiente: "¿Tiene usted inconveniente en hacer de Canalejas por un rato?", el ayudante , que se parecía bastante a su jefe, le contesto que sería un gran honor sustituirle en aquella ocasión.
Eran las tres de la mañana cuando el tren se detuvo en aquella estación. Entre las celabraciones y canticos a Canalejas, el falso Canalejas abrió la ventanilla del tren y pronunció un discurso que produjo la completa felicidad del pueblo.
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